Cuando tenemos a Jesús en nuestros corazones nuestra tierra dará abundancia a montones.
“En aquellos siete años de abundancia la tierra produjo a montones.”
Génesis 41:47 RVR1960
En aquellos años Bíblicos, antes del nacimiento de Jesús, se medía la abundancia por los kilos de cosechas recogidas, por la producción en el ganado y podemos decir que: “a más montones de kilos en semillas en granero era el éxito que una persona, territorio o nación podía calcular como éxito.“
También se medía la abundancia por la cantidad de territorio que el individuo tenía en procesión pero, el tener, no siempre es sinónimo de felicidad porque la felicidad siempre es desde dentro del corazón hacia afuera. Jesús vino a cambiar nuestro corazón y darnos un corazón diferente.
Jesús cambió el concepto de abundancia material por la de un corazón libre, salvo y en correcta comunión con Dios.
Jesús marcó el verdadero éxito cuando le dijo a un joven rico que le preguntó “¿Qué debo hacer para ser salvo?
“Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.”
S. Marcos 10:21 RVR1960
Por supuesto que el joven se entristeció mucho porque el cielo no se puede comprar con dinero. Esta historia no quiere decir que debemos despojarnos de todos nuestros bienes sino, demuestra que es más importante a la hora del balance si Dios o las posesiones.
Jesús dijo:
“El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.”
S.Juan 10:10 RVR1960
Jesús quiere darnos vida y nos promete que la tendremos en abundancia. Libres de temores, libre de ansiedades.
Cuando tenemos a Jesús en nuestros corazones, nuestra tierra dará en Cristo abundancia a montones.